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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

martes, 26 de diciembre de 2017

Pinchos


Ponen pinchos en los árboles,
para que no descansen los pájaros.
Y en las vallas que nos separan de Marruecos.

Ponen pinchos, los idiotas,

y nadie cuida ni abraza a los niños de la guerra,
tampoco les piden perdón, por ser tan idiotas,
ponen pinchos en barcazas, en caminos,

ponen pinchos, los idiotas.

A sus hijos les ponen pinchos en la mesa,
en la mente también les ponen pinchos,
el mundo está lleno de pinchos y
nosotros no queremos pisarlos,
pero hay tantos...
uno de ellos nos está esperando
a la vuelta de cualquier esquina
con nuestro nombre grabado en el filo
que más daña,
que desgarra el corazón
como si fuese un bloque de agua
o la equivocación de una línea recta.

A los idiotas les gustan mucho los pinchos, y a los fakires.










miércoles, 20 de diciembre de 2017

De sal

“Amo aunque la vida sea mortalmente intolerable
Amo aunque luego me vea obligado a aullar”
(Louis Aragon)





Vendrá el día en que

las tumbas serán de arena

limada por el viento,

los muertos apenas se moverán.

El agua será recuerdo

imaginado en las grietas

de una piedra antigua

pintada de sal

verdosa, ignorante

de la cicatriz abierta

en la fuente de la niebla

alma espejo intercambiable

habitante de intemperie

tenebrosa y filo

de puñal.












sábado, 2 de diciembre de 2017

Como quien no teme



Escribir como quien no teme. 

Con el mango de una sartén y el cuchillo afilado, 

de perfil y de frente, 

de espaldas al público, 

dentro del foco, a manos llenas, con la boca grande, 

sobre el mantel y en adelante. 

Al lado de quien no puede, no quiere, 

no contesta ni sabe ni le importa, 

con palabras bárbaras, delicuescentes, impávidas, 

palabras-simiente divinas, 

humanas, ajenas y permanentes. 

Sin pretextos, sin excusas,

sinceramente.

Como quien no teme.