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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

domingo, 15 de octubre de 2017

Esto tampoco es una pipa


Esta escritura de talla mínima concéntrica no puede contentar a todo el mundo.

A veces lo intento, por ver cómo se ve mi rostro en un carnet de periodista; 

o empleo las mismas gastadas palabras de siempre, porque no es difícil 

poner ojos de fastidio nihilista. Lo que nunca se me ha dado de lujo 

(Ovidio, tío, lo siento) es contar cómo late la entrepierna del corazón de la mente, 

cuando va a llegar el elegido. O cuando ya se ha ido el interfecto. 

Eso es algo tan de mí para mí sola, que ni mil Nerudas me convencerían 

de que es estupendo aventarlo sobre campos metafísicos 

de un amor desesperado y en poema. 

Me ronda el presentimiento de que mienten como bellacos los que hablan 

de llegadas o de ausencias y nunca de lo que sube el pan 

cada quince días. 

A lo que iba: que me da igual casi todo, hasta cierto punto.


















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