Conoce
las geometrías sagradas,
que usa en sus tatuajes, servicio a
domicilio,
para proteger las pieles confiadas a sus manos.
Le gusta
llamarse Brujo y a veces Lechuga,
escucha canciones sin dioses, sin
amos, sin fronteras ni venenos,
a los animales no se los come porque
piensa que algo así
no puede ser bueno, que no es bueno
comerse a
alguien con un corazón, unas venas,
emociones, sentimientos y
familia, como él,
aunque camine con cuatro pies
y se comunique en
un idioma diferente.
Habla desde la dulzura de la equivalencia,
él
no ha nacido para ser un delincuente
en contra de su pueblo, y su pueblo
es la tierra entera, así debe ser.
Se
llama Santiago, como el que batalló contra el dragón,
Maldonado de
apellido, desaparecido.
¿Dónde
está?
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