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Allen Ginsberg, tras leer las críticas oficiales a su poema Aullido:
"La poesía ha sido atacada por un aterrorizado hatajo de ignorantes y pelmazos que no comprenden cómo se hace, y el problema con estos cretinos es que tampoco la reconocerían si se les apareciera en mitad de la calle y se los follara a plena luz del día."

jueves, 30 de abril de 2015

Bailar...


... bajo el techo de unas leyes misteriosas que ocultan 

la mejor razón por la que no entregarse a lo desconocido. 

Cobijando su paso, dejar pasar las horas

entre agua y orilla porque las acepto, 

como ellas aprueban las cándidas pasiones 

de la frágil utopía que me inunda.

Llamarme igual que mis acciones futuras,

señalados recuerdos de un olvido,

y crear pensamientos

en el breve infinito de un ramo de esferas 

para flotar en minúsculos jardines 

colgantes de Babilonia. 

Matar pactos antiguos,

idear otros

con orugas y sus pies sobre un suelo 

de firmamentos alfombrados.


"Bailemos, bailemos, bailemos, de lo contrario estamos perdidos."
(Pina Bausch)







viernes, 24 de abril de 2015

Suman veintisiete


El encaje vestido de azul entró en escena -observado 

por los años más tristes del mundo- 

para cantar algo de flores, rayos de sol 

y mucha alegría. 

"Somos mariposas en la colección de un amante 

de la belleza sin vida", 

se oyó decir a una voz desde la calle, 

con las alas en cruz y el cuerpo cada vez más frío. 

La vela era sombras que cambiaban de tamaño y de forma a voluntad 

del viento más absurdo del mundo. 

"Cuatro y dos son seis", 

concluyó el coleccionista, 

perforando el corazón de las canciones,

porque en realidad esos números suman veintisiete.

Miedo era el color en las paredes,

y las hormigas hacían túneles 

(sordas,

ciegas,

anfetamínicas)

como si nada estuviera ocurriendo 

en la superficie del mundo.








lunes, 20 de abril de 2015

Disparo


Sonó entre la niebla disuelta por una de las realidades, 

seguramente la más fría. 

El ruido fue cónico y urgente, 

casi inesperado en aquel paisaje paralítico. 

Creo que llegó a escucharlo, juraría que vi extrañeza 

por la decisión de su propio dedo, sólo uno, 

solo y moviéndose con la rutina 

de una inercia mal cerrada. 

La siguiente décima de segundo pareció repetir su vida 

en otro sentido, 

pero no estoy segura: 

nadie puede saber qué piensa una parte tan pequeña 

de algo que tiene que nacer muerto.







miércoles, 15 de abril de 2015

Cómo decir...


Sobre la muerte,

la entera victoria, 

si apoyo mi corazón en tu espalda. 

No existen palabras para nombrar ese momento, 

para huir de lo mil veces repetido, 

incapaz de parecerse a la piel escalera de tus manos. 

Sólo sé que cuando te acercas, despierto, 

acaricias en mi frente las razones,

y entonces me alimento de sólo suspiros. 

De qué forma medir la ternura madrugada

tras la nube perezosa... 

No sé cómo nombrar 

tanto latido, pero olvidé a qué sabe una tormenta, 

contigo al lado.

Sólo puedo decirte

que el mundo es mejor que antes.







jueves, 9 de abril de 2015

Alas de mosca


Vamos en direcciones opuestas hasta encontrarnos,

de repente,

como si del nacimiento de un rayo se tratara.

Átomos ciegos por la velocidad de su propio impulso,

pulgas que en cada salto rodean un año y seis días

de muchas horas.

En sentido contrario hasta que choquemos

-pese al espacio que nos asume-

contra el incendio en la bombilla que más alumbra.

O a favor de lejanas evoluciones.

Volando sobre  antenas,

fundimos nuestras alas de mosca

con la cera de un Ícaro superlativo,

el sueño de un niño invencible.





viernes, 3 de abril de 2015

La noche se esconde...


... en un canto inmortal de mariposas: transiciones, 

aunque lo nieguen las estatuas, 

que sí desaparecen sin dejar rastro sobre la orilla. 

En el cabello de una planta pensativa, 

porque la rueda es Saturno 

soñando amapolas pálidas. 

Alma de cántaro llena de potencias naturales 

donde nunca llueve, 

si piensa en cómo alargar sus laberintos. 

Donde se quiebra el mármol, esa idea que concibe 

la grandeza de lo físico, 

tan pequeño. 

A veces juega a ser día, 

pero siempre se escucha la sombra de sus pasos, 

tan sinceros.