-Es matemático el resplandor de tu sonrisa. Un relámpago volcánico, una química
perfecta. Con el poder de lo familiar desconocido, abre puentes dimensiones
a maremotos de plata. Medidas que no caben en universos -decía-. Es elipse de Venus
la abertura de los labios, el transcurso ideado por la cima para no morir
antes de tiempo. Es de Venus esa claridad de amaneceres -repitiéndolo dos veces,
no quería que lo olvidara-, color primario exacto independiente de cualquier sabiduría,
salvo de la voluntad de ser eterna.
-La bondad es fácil en alguna circunstancia -acercando la boca a su boca-; es fácil,
cuando estás cerca, abrazar tus venas errantes más allá de los poros que te envuelven
y tu forma de envolverme con el aire después de verte estallar, estrella recién nacida,
antes de que vuelvas a tu forma -diciendo esto, subía los párpados-. Mirarte
me hace bien, sonrío sin darme cuenta.