El humo está lleno de vallas,
la persiana no sana
bocas consentidas y el crucigrama
se multiplica por muchos megas
que estrellan las aeronaves contra el rojo
de las altas temperaturas,
estío,
agostado cualquier otro sentido
que no sea la ceniza de los días áridos.
"De esta guerra no podréis huir",
dice el telediario de más audiencia.
Juego al cigarro,
me pinto la frente
de fugaces tibios
y desaparecen las cluecas
lenguas bífidas
de las venas pálidas.